Esta centenaria institución acompañó el crecimiento de la Ciudad, comenzando desde una pequeña sede construida con madera sobre pilotes, emblemático símbolo del San Pedro de todos los tiempos que perdura hasta nuestros días. En este caso, el acceso se limita a los propios asociados y de otros Clubes náuticos, con excepción al sector de Restaurant de exquisito nivel y en los casos de espectáculos artísticos y culturales.