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Un poco de historia

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La palabra Pampa (lugar llano o plano) designa a indígenas de la llanura argentina y comienza a emplearse no antes del 1600.

Durante el siglo XVI se produce un desplazamiento reducido de comunidades indígenas (querandíes y tehuelches) que vivieron en forma nómade como cazadores, recolectores y pescadores, buscando las mejores condiciones del clima y utilizando los recursos existentes para cubrirse, alimentarse y armar sus paraderos con pieles de guanaco, ñandú y otras especies menores, como la liebre y el zorro.

LA CONQUISTA

La competencia por el ganado, la necesidad de incorporación de mano de obra, y el dominio sobre la tierra, originó los avances de colonizadores sobre los indios a la vez que se introdujeron acciones evangelizadoras de la Iglesia que instauraron las Reducciones.

Constantes entradas contra los indios, (malocas, corredurías y pacificaciones) eran repelidas violentamente (malones).

Una alianza entre diferentes naciones indígenas (1659) los lleva a cruzar decididamente el Río Salado y asaltar las estancias al norte del mismo.

Un Empadronamiento General de los Indios en 1677 da idea de una cierta pacificación, pero nuevas incursiones al norte del Salado lleva a las autoridades a iniciar legalmente la «guerra larga” contienda de fronteras que culminará dos siglos después con la campaña del General Roca.

Las relaciones entre indios y blancos se harán cada vez más tensas (fines del Siglo XVII hasta de mitad del siglo XVIII) agravada además por una brusca introducción de los araucanos de origen chileno.

La incorporación del caballo en el transcurso del siglo XVII, y la proliferación del ganado introducido por los españoles, transformó la cultura. Se ocupó más territorio, la organización social indígena se tornó más compleja, la institución del cacicazgo desparramó su jefatura a numerosas bandas con una especial organización para la guerra a partir del uso de nuevas armas ofensivas (la lanza reemplazo al tradicional arco y flecha) y defensivas (la armadura de cuero de caballo).

Las actividades económicas comenzaron a tener características depredadoras, porque las bandas se acercaron a los poblados para robar el ganado que por aquella época inundaba las praderas.

LOS ESTANCIEROS

Los animales cimarrones dieron origen a la primera actividad ganadera organizada, las Vaquerías (1600 – 1750), verdaderas cacerías de vacas para extraer de ellas el cuero, el sebo y la grasa.

Esta actitud netamente extractora llevó a ampliar las distancias para poder seguir cazando animales y tratar de desarrollar una actividad ganadera incipiente y llevó a internarse en “territorio de indios”, expandir los poblados, y dar origen al interés por la tierra y a la creación de las estancias coloniales (1750 – 1810).

Existían cuatro modos de convertirse en estanciero: por merced del rey, por compra particular, por subasta pública o por composición pecuniaria.

Así las estancias se convirtieron en una reseña del pasado y el presente agrícola ganadero. La edificación y estilo arquitectónico está determinado por hechos de la historia de nuestro país. Por un lado están las estancias de perfil histórico, construidas entre 1870 y 80, durante el periodo de la conquista del desierto, con el fin de servir para la defensa. Estas tenían cascos cercanos a los ríos, cerco perimetral, patio central resguardado, muros de gran espesor y fuertes rejas. Por el contrario, a partir de 1880 hasta fines de XIX, durante la época del poderío económico, bajo una fuerte influencia europea, nacieron los castillos ingleses y las fincas españolas caracterizadas por la presencia de cascos renacentistas, ventanales artísticamente enrejados, interiores ambientados con mobiliario de lujo de la época, anchas galerías, patios con aljibes y grandes parques arbolados.

Saliendo de la ciudad, el paisaje se convierte en llanura y verdes pastizales. Aquí podremos recorrer estancias, granjas, casas de campo, cultivos y caminos arbolados, participar de las tradicionales fiestas gauchas, compartir rondas de mates, presenciar espectáculos folclóricos y de destreza criolla al atardecer como la doma, la yerra, los fogones y guitarreadas, mientras saboreamos un exquisito asado criollo bajo las estrellas. Pero conocer el medio rural, supone no sólo hacerlo como espectador sino como protagonista de las faenas con actividades como arreo y señalada de ganado, esquila, siendo partícipe de las tareas de campo, ordeñando una vaca, recolectando miel, amasando pan casero, alimentando animales de granja o fabricando quesos. También se pueden realizar recorridos a caballo, en sulky o carretas, disfrutar las canchas de deportes y piscinas.

LA FIGURA DEL GAUCHO

Aunque se la utilizó en todo el río de la Plata – y aún en Brasil – no existe absoluta certeza sobre el origen de la palabra gaucho. La denominación se aplicó generalmente al elemento criollo (hijos de españoles) o mestizo (hijos de españoles con indígenas), aunque sin sentido racial sino étnico ya que también fueron gauchos los hijos de los inmigrantes europeos, los negros y los mulatos que aceptaron su clase de vida.

El verdadero nombre de gaucho surge en 1810, es decir, a partir de la red ferroviaria, fruto de la inmigración europea que colonizó nuestro país, momento en el que asumió protagonismo la figura del gaucho, personaje libre e independiente, hábiles jinetes, útil y diestro para la crianza de ganado y trabajos rurales de yerra, arreos y faenamiento. Se caracterizaron por su destreza física, su altivez, su carácter reservado y melancólico.

Sin embargo el gaucho existía desde mucho antes y por lo tanto podemos afirmar que vivió un proceso evolutivo, el cual dio origen a la existencia de distintos tipos de gauchos que vivieron en nuestro país. Es indudable que el gaucho que tuvo realmente fisonomía peculiar , el primero , fue el gaucho nómada, no delincuente, que estuvo implícito en el gauderío oriental del s. XVIII. Este gaucho fue algo más que un simple vagabundo que se alejaba de las estancias para ir a las vaquerías», expediciones que se organizaban para aprovechar los animales chúcaros que pastaban sueltos en las llanuras y que adquirió en la Argentina, a lo largo del s. XIX rasgos propios bien definidos.
Luego surgió el gaucho peón de campo que nació cuando comenzaron a formarse las primeras estancias, aunque hayan sido pocas al principio y fue este el que realzó la figura. Casi todas las faenas eran realizadas a caballo, animal que constituyó su mejor compañero y toda su riqueza. El lanzamiento del lazo, la doma y el rodeo de hacienda, las travesías, eran realizados por estos jinetes, que hacían del caballo su mejor instrumento. Fue el hombre de nuestro campo, principal escenario de su vida legendaria y real. De vida solitaria ya en grupos de tiendas, como las tribus nómades ya en racheríos aislados como en la pampa sureña.

El ambiente del gaucho fue la llanura que se extiende desde la Patagonia hasta los confines orientales de Argentina, llegando hasta el Estado de Rio Grande del Sur, en Brasil (gaúcho). Así surgieron pueblos que se diseminaron por todo el territorio provincial bonaerense y que aún hoy conservan sus características y mantienen vivas sus tradiciones, presentes en sus fiestas, la preservación arquitectónica y las actividades rurales quien despuntaba sus vicios en las pulperías, practicaba su amor por el juego, las carreras de caballo y las riñas de gallo, siempre acompañado de su facón.

Materiales como plata, cuero, tiento, soga, mimbre, tejidos de telar, cerámica, madera, cuernos y huesos de animales pueden transformarse en maravillas en manos de artesanos que viven en estos lugares, en los que es posible visitar sus talleres y conocer las técnicas de trabajo, preservadas desde sus antepasados como símbolo de continuidad y valoración de esta expresión cultural que es la creación de artesanías.

Una experiencia en la que las sensaciones y emociones son las protagonistas de esta historia!!!

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